Guy de Maupassant, "Le Horle"

"¿Has pensado que sólo ves la cienmilésima parte de lo que existe? Considera, por ejemplo, el viento, que es la más grande de las fuerzas de la naturaleza. Derriba a los hombres, destruye casas, arranca los árboles de raíz, agita los mares formando olas gigantescas que azotan los acantilados y lanza los barcos contra los peñascos. El viento silba, ruge, brama, incluso mata a veces. ¿Lo has visto? Sin embargo, existe" (Guy de Maupassant, "Le Horle")

martes, 27 de septiembre de 2011

Fallen Angel.

El otro día volvía de la facultad en autobús e iba escuchando al grupo Poison en el MP4 (creo que en más de una ocasión os he hablado de este grupo, pero para los que no sepan quiénes son todavía, pues se trata de una banda de glam metal estadounidense de finales de los 80, y a la que admiro mucho). Bien, la cuestión es que comenzó a sonar uno de sus grandes éxitos, "Fallen Angel", que trata sobre una chica de pueblo que se va a L.A. para tratar de ser modelo. Bueno, en realidad más que eso, la canción refleja los sentimientos de la chica, lo vacía que se siente, los sacrificios que ha tenido que hacer por su carrera (dejar a sus amigos, su familia, etc) y sobre todo, lo infeliz que se siente en su nueva vida. Digamos que como suele ocurrirme cuando escucho música (benditos años 80, su música y su fuente de inagotable inspiración), me inspiré y decidí darle mi propia versión a esa canción, desde el punto de vista LITERARIO (jamás se me ocurriría coger una guitarra y destrozar así esta gran canción). 

En fin, aviso de que es bastante diferente a mis historias y relatos habituales, y RADICALMENTE diferente al último relato que subí, y que pareció gustar bastante a la gente, pues dejásteis muchos comentarios, cosa que de verdad agradezco infinitamente. No lo digo mucho, pero vosotros, mis queridos seguidores, me dais la vida con cada comentario (tanto en blog como en tuenti). La diferencia con respecto a mis otros textos radica sobre todo en que no hay momentos cómicos en este relato, es bastante triste, oscuro e incluso macabro en algunos aspectos. No en el sentido vampírico que tanto me gusta (aunque ahora que lo pienso un poco sí), sino en el sentido trágico de la decadencia física y espiritual de una persona que ha dejado de quererse y valorarse como tal. 

Sólo una cosita más y ya acabo de daros la tabarra: dejo el vídeo de esta gran canción, cuyo título he tomado prestado para este relato. Espero que Bret Michaels no se enfade y me denuncie por plagio, pero teniendo en cuenta que no sabe español (y que por tanto no puede leer el blog), y que parece un amor de hombre (sobre todo con las groupies, ejem, ejem XDD), pues no creo que le importe mucho. No me queda ya nada más que decir excepto... ¡Un besito, amores!








Eché la cabeza hacia atrás, sintiendo en mi nuca desnuda el frío contacto del acero de la bañera. A pesar de que aquel baño caliente tenía un efecto relajante, pues disminuía en parte el entumecimiento de mis músculos, me resultaba agobiante al mismo tiempo. Saqué una de mis manos a la superficie y la llevé hasta mi cabeza. Quizá raparme el pelo no había sido tan buena idea después de todo. Pero ¿qué más daba ya? Tampoco tendría que volver a preocuparme por mi aspecto nunca más.

Giré la cabeza en dirección al inodoro. Sobre la tapa descansaba el puñal que tantas otras veces había utilizado sobre mi piel. La superficie de acero era tan brillante como el sol que calentaba las famosas playas de California, pero tan fiero como el mismísimo Diablo. Yo conocía cada muesca en la madera que conformaba su mango, cada irregularidad en el relieve de su afilada cuchilla. Me deleitaba acariciándolo, en forma de preámbulo a mi enfermiza pasión.

Alargué mi brazo izquierdo para sostener aquella pesada arma entre mis manos. ¿Cuándo había comenzado toda aquella pesadilla? ¿Seis años atrás, cuando dejé Pennsylvania para buscar la fama en esta condenada ciudad? O quizá fue cuando empecé a tomarme aquellas pastillas por orden de mi representante. Se suponía que tenía que perder unos cuantos kilos para aquel pase de modelos en Milán. Pero cuando lo hice, resultó que aquello no era suficiente. Una nunca estaba lo suficientemente delgada en esta profesión.

Acaricié la punta de acero del puñal con dedos temblorosos. Los ojos me escocían por la necesidad de llorar y la imposibilidad de hacerlo. Era como una muñeca rota y desmadejada incapaz de expresar el dolor que me taladraba por dentro. Apenas era capaz ya de experimentar el sentimiento más básico. Quizá la falta de nutrientes no sólo te degradaba físicamente, sino también en el plano psicológico.

Empuñé el cuchillo con la mano derecha y lo alcé por encima de mi muñeca izquierda. Hacía más de medio año que no me venía la regla, y aquélla era la única forma que tenía de hacer sangrar a mi cuerpo. Era mi compensación por todo el daño que le había infligido a mi organismo durante tanto tiempo.

La fría cuchilla traspasó mi piel con la precisión de un reloj suizo. Había repetido aquel macabro ritual tantas veces que el pulso ya no me temblaba al utilizar aquella afilada herramienta para marcar mi piel.

El agua jabonosa comenzó a teñirse con un mortífero color carmesí. El penetrante olor metálico de la sangre nubló mis sentidos, instalándose en mi garganta, propagándose hasta llegar a la boca de mi estómago. Me dejé caer suavemente, apoyando la espalda contra la pared de la bañera. La relajante sensación de dolor físico comenzó a recorrerme desde la herida abierta, transmitiéndose poco a poco al resto de mi cuerpo. Si no cortaba pronto la hemorragia, la herida corría el riesgo de infectarse. Ya me había pasado una vez y no es lo que se dice una sensación agradable.

El móvil comenzó a vibrar en aquel momento, acompañado por la música de fondo de la última canción de Lady Gaga. Otro rasgo que evidenciaba mi entumecimiento físico y psicológico. Físico, en lo tocante a la insensibilidad manifiesta de mis oídos; psicológico, pues debía de haberme vuelto completamente chiflada como para ponerme ese tono en el móvil. Y pensar que en mis años de instituto, mi ídolo era James Hetfield…
           
Abrí la tapa del teléfono y acepté la llamada sin molestarme en comprobar quién había al otro lado de la línea. No me hacía falta. Sólo había una persona en el mundo que seguía preocupándose por mí, y que seguiría haciéndolo hasta el fin, sin importar cuán bajo cayera.
           
— ¿Qué quieres, mamá? — pregunté con voz cortante. No me apetecía hablar con ella en aquellos momentos.
           
— He visto las noticias esta mañana — comenzó a decir con tono quebrado y sumiso. El mismo que siempre utilizaba para dirigirse a mi padre antes de que éste desfogara a golpes sus frustraciones con ella —. Dicen que… Bueno, que en la agencia de modelos han… prescindido de tus servicios.
           
Se hizo un profundo silencio después de que aquellas palabras escaparan de los labios de mi madre. Ella siempre tan comedida. Estudiaba hasta la última coma de sus discursos antes de pronunciarlos para no ofender a nadie. Nunca una palabra más alta que la otra, nunca un término malsonante.
           
— Me pillaron esnifando cocaína, mamá. Después de eso, no iban a subirme el sueldo precisamente, ¿no crees?
           
Ésta vez fue ella la que calló. Había metido el dedo en la llaga, es más, había impregnado mis palabras con un corrosivo sarcasmo, del todo inaceptable en una conversación con mi progenitora. Pero al fin y al cabo, ella se lo había buscado, ¿no? Nadie la había obligado a llamar por teléfono. Había decidido importunarme por voluntad propia, sabiendo cuáles podrían ser las consecuencias.
           
— Cariño, por favor, vuelve a casa — me rogó con voz de cachorrillo abandonado. No soportaba aquel tono de desesperación en ella, me recordaba a los gritos de súplica que rasgaban la relativa tranquilidad de la noche, cuando mi padre llegaba a casa completamente borracho. Sólo que en esta ocasión, no podría esconderme debajo de la cama, fingiendo que no pasaba nada, que estaba en algún lugar muy lejos de allí. Porque en esta ocasión, el verdugo de mi madre era yo misma.
           
— Mamá, por favor, no empieces con…
           
— ¡Ya no tienes nada que hacer allí! Tu carrera está acabada. Te estás autodestruyendo, ¡y me niego a quedarme de brazos cruzados viendo cómo te mueres de una maldita sobredosis!
           
No era la primera vez que mi madre me levantaba el tono de voz, pero sí la primera que sus palabras causaban efecto en mí. Claro que no fue ni de lejos el efecto que ella esperaba.
           
— Que te jodan, mamá.
           
Cerré la tapa del teléfono, antes de lanzarlo con fuerza contra la puerta del baño. La batería y la tarjeta salieron volando por los aires, así como la tapa del móvil. ¿Qué importaba ya? ¿Para qué necesita el móvil una modelo fracasada?

Alcé el brazo por encima de mi cabeza hasta acariciar el paquetito que contenía los polvos blancos que habían supuesto mi perdición. Lo abrí con sumo cuidado y vacié el contenido sobre la repisa de la bañera. Agarré la tarjeta de crédito, que en pocas semanas estaría en números rojos, para preparar las rayas. Cuando estuvieron listas, esnifé aquel bendito polvo blanco, dejando que su poder curativo comenzara a hacer efecto sobre mí.
           
Pero aquello no era suficiente. Estar colocada ya no me hacía olvidar que no era más que un despojo humano. Tenía que desaparecer. Sí, “desaparecer” era una palabra más que tentadora en aquellos momentos. No podía seguir defraudando a mi madre. No podía seguir consumiéndome como la última vela moribunda de un candelabro dieciochesco.
           
Me incliné de nuevo sobre la repisa, con una determinación que hacía años no sentía. Di una pequeña aspiración, siendo consciente de que el final llegaría muy pronto.  Un líquido caliente y nauseabundo comenzó a descender por mi nariz, cual río escarlata. El río que anuncia el final del camino.

La letra de una vieja canción de mi juventud comenzó a resonar en mi mente, a modo de réquiem. Una canción que había oído cientos veces durante mi etapa de instituto. La había oído, sí, pero no le había prestado la debida atención.
           
She stepped off the bus out into the city streets
Just a small town girl with her whole life packed
In a suitcase by her feet”.
           
Las lágrimas, aquéllas que durante dos años se habían negado a brotar de mis ojos, comenzaron a rodar por mi rostro. En aquellos momentos habría dado cualquier cosa por no haberme marchado nunca de Pennsylvania. Habría dado cualquier cosa por volver el tiempo atrás y vivir mi vida de una manera completamente diferente.

“But somehow the lights
didn't shine as bright as they did
On her mama's TV screen
And the work seemed harder
The days seemed longer
Than she ever thought they'd be”.
           
Too much too soon
Or just a little too late
Cause when the ship came in
She wasn't there and it just wouldn't wait.
           
Las palabras salían atropelladamente de mis labios, siendo apenas capaz de entonar aquella conocida melodía, en un punto intermedio entre la vida y la muerte. El barco había zarpado ya y yo no había llegado a tiempo para cogerlo. No me esperó. Y no iba a volver a por mí. 

16 comentarios:

  1. Wow. Menudo relato más trágico y horrible (la temática, claro está). Ha sido muy intenso y muy bien expresado, has reflejado a la perfección la desesperación y la inutilidad que siente la protagonista, pobrecita, por cierto. Un relato muy bien escrito aunque la temática me haya parecido demasiado cruel. ¡Un besito! :)

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  2. Uf, me he llegado a marear con el pasaje en el que se hace el corte... soy muy sensible para estas cosas, pero verdaderamente me ha impresionado.

    Me ha gustado mucho ^^
    Un beso, K.

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  3. Había hecho un extenso comentario sobre la anorexia, cierto video que subí, sobre que me recordó más bien a una canción de Skid Row que seguro conoces, que me encantó como trataste el tema... pero que amo la moda y que diseño también ropa para imaginar la de mis personajes... bla bla... y mozilla se bloqueó y mi trabajo, mi esfuerzo... se fue al sumidero.

    En definitiva... te decía por último que taylor y Juka en realidad son la representación de dos personajes que cedí (en mi anterior novela y posterior foro) a una amiga y ella destrozó el encanto de esos personajes... por eso mi vendetta... Dorian Lambert sin embargo lo he representado en varios rol... y siempre sale victorioso.

    por si te interesa:

    Lionel http://youtu.be/wX1761mCC68
    Taylor: http://www.youtube.com/watch?v=emYl9VWjF98 (físicamente es uno de los músicos que más admiro y respeto)
    Juka: http://www.youtube.com/watch?v=6giOH0FHxIc (otro gran músico que hasta me dará pena desgraciar... pero es hermoso en apariencia y él, como persona real, es de lo más dulce y divertido que puedes encontrar)

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  4. me ha encantado, ha sido simplemente genial, la posible historia real de una de tantas personas que se autodestruyen durante un periodo de fama, del que al final solo aprenden a seguir autodestruyendose, me recuerda a la pelicula germana "un juego de inteligencia", totalmente recomendable, en fin, decir k este es uno de los mejores k has escrito y k sigas a si, un abrazo

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  5. Mola mucho este nuevo relato, expresa muy bien los sentimientos de la modelo, una modelo acabada después de aceptar los sucios manejos de un representante que solo buscaba dinero a su costa. La historia de muchas jóvenes como esta.

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  6. La canción es esta http://www.youtube.com/watch?v=sO6KarO67Ps

    Es una canción bastante sentimental, al menos a mí me llega... también es una de esas que siempre recuerdo con cierta amargura.

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  7. E.S.T.U.P.E.N.D.O :) no la historia en sí, claro, sino la narración y el sentimiento que transmite. La última parte es lo mejor, sin duda.
    p.d. Bonito cambio de blog :) me encanta la imagen, y la de FFR igual.

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  8. No es posesivo en ese punto. Kurou no quiere que nadie dañe a Yosh. Por lo tanto intenta alejarlo de todos. Ya lo verás en los próximos capítulos.

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  9. Lo del sexo en el avión digamos que me apetece contarlo, pero no creo que sea aún el momento. Creo que merece la pena antes conocer algo más de esos dos como para que eso suceda. Quiero que en el próximo capítulo veáis un poco de su crueldad, así como también de su ternura.

    Lamento haber estado seco estos días... pero con 40 de fiebre no tenía muchas ganas de hablar... sólo de escribir que es lo poco que hago cuando estoy así.

    saludos

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  10. Yo cuando me enfermo de gripe escribo y escribo... hago oemas y textos... estoy todo el día escribiendo... pero detesto hablar con los demás. Me pongo muy mío, prefiero no hablar y no soltar algo borde o que no siento.

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  11. Yo también estoy algo atorado con el trabajo. Tengo mis prácticas como becario, mi proyecto empresarial, mi vida es algo complicada a veces... y bueno también añadimos que en ocasiones me la complico solo.

    No tengo mucho tiempo libre, el que tengo lo invierto en escribir... y a veces hacer videos. Debo hacer uno para Tears For You y subirlo a youtube para atraer a más público... porque amo tanto a Yoshiki que bueno... me gustaría que aunque fuera mediante una novela dieran con X-JAPAN.

    Kamijo sabe lo de Yoshiki, pero es el mejor disfraz. Yoshiki como mujer da el pego perfectamente, pero con ese cabello tan extremadamente largo y sus amaneramientos forzados (porque los fuerza ya le divierten) como hombre no es muy bueno... menos cuando el capullo te conoce. Era por su seguridad.

    Ah, lee cuando puedas. Igual que yo hago cuando tengo unos minutos libres, te leo a ti y a una amiga.

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  12. Kurou es que piensa que la ha cagado demasiado, demasiadas veces y siempre con alguien que quiere en extremo.

    Así que por eso se aleja... aunque ahora lo verás en este nuevo trozo de la novela.

    Creo que te gustará la niña, es igual que Kuoru pero sin tanto amor a su educación... no se contiene en sus sentimientos, como niña que es.

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  13. La niña es un encanto owo... se parece a Kurou.



    El otro día pensé que no podría subir, debido a que he sufrido un accidente y ando con el tobillo roto. Pensé que no saldría a tiempo del hospital.

    Espero que tengas una buena semana.

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  14. Por cierto te recomiendo a Nyanpire

    http://www.youtube.com/watch?v=glAugXOx1eQ&feature=results_video&playnext=1&list=PL73E867E5A17761F2

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  15. El poema final, como casi todos, son parte de la personalidad de Yoshiki... son cosas que piensa pero no dice. En realidad es algo más de todo lo que muchos ven.

    Y sí, la niña es muy dulce y también Uta. Creo que las he hecho dulces para contrarestar lo que viene XD... que conste que está basado en 2 mujeres reales.

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  16. Bufff.... la verdad es q siempre me ha gustado mucho Fallen Angel de Poison, de hecho, cuando he abierto este relato ha sido por el título (sí, estaba paseando por tu blog y no sabía dónde meterme...), pero nunca me había preocupado demasiado por la letra. Tu forma de expresarlo es desgarradora, me encanta, sigue así!!!

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