Guy de Maupassant, "Le Horle"

"¿Has pensado que sólo ves la cienmilésima parte de lo que existe? Considera, por ejemplo, el viento, que es la más grande de las fuerzas de la naturaleza. Derriba a los hombres, destruye casas, arranca los árboles de raíz, agita los mares formando olas gigantescas que azotan los acantilados y lanza los barcos contra los peñascos. El viento silba, ruge, brama, incluso mata a veces. ¿Lo has visto? Sin embargo, existe" (Guy de Maupassant, "Le Horle")

lunes, 16 de enero de 2012

Quema de brujas.

Bon soir, ladies and gentlemen! Com esteu hui? XD. Bueno, llevo ya varias semanas sin subir nada por aquí ni al otro blog pero esta vez no es por falta de inspiración. Algunos de vosotros ya sabéis que los universitarios estamos con los exámenes a tope (hoy mismo he tenido uno y aún me quedan 3 para acabar mi tortura). Casi prefería el instituto, no sólo por la gente y la mecánica del trabajo, sino porque había exámenes parciales y no te jugabas la nota a una sola carta TT. Anyway, no estoy aquí para aburriros con mis mierdas, que bastante tendréis ya vosotros con lo vuestro. Sólo quería subir un relato que, de hecho, ya subí en la entrada donde publiqué los nombres y los relatos que ganaron mi concurso, pero, por si alguien no leyó esa entrada, pues voy a subir ese relato, "Quema de brujas", aquí. Es el relato que escribí dedicado a los ganadores, (Kirtashalina, Kapy and Laura), y que espero que os guste. También quiero informaros de que el día 24 hago mi último examen (teoría de la literatura) y que a partir de ese día tendré una semana en la que no tengo clase, ni exámenes, ni res de res, con lo que me pasaré por los blogs que tengo abandonados (entre ellos el de mi estimado Lestat cuya nueva historia tiene muy buena pinta y tengo ganitas de seguirla) y subiré relatos, capítulos y una entrevista que llevo ya tiempo queriendo hacer (la entrevista a mi camarada Kapy). Bien, después del rollo que os he soltado, procedo ahora a subir el relato. ¡Un beso y que os vaya todo bien, chic@s!







Los ojos del populacho brillaban con la desesperada necesidad de un perro hambriento, al que, llevando días enteros sin probar bocado, su dueño sólo tiene a bien lanzarle las sobras rosigadas de un guiso frío y pasado. Los espías que la Santa Inquisición tenía entre la plebe se habían encargado de hacer correr la voz para congregar a todo el pueblo alrededor del patíbulo donde ardería la bruja.

Sólo desgarraban la quietud que precede a la aurora los insultos desdeñosos de aquellos que hasta hacía poco menos de una semana habían acudido como fieles devotos a la botica de aquella desdichada que hoy moriría, consumida entre las llamas, en busca de las pociones milagrosas que ésta ofrecía para poder alimentar a su pequeña.

Y es que no sólo las campesinas más supersticiosas iban en busca de su ayuda, demandándole entre súplicas sus elaborados filtros de amor. En más de una ocasión se había visto, envuelta entre ropajes oscuros y al amparo de la negrura de la noche, a la marquesa de la villa tocar a su puerta, pagándole con sus sucias monedas brebajes abortivos con los que enmendaba después el resultado de sus escarceos amorosos con el rey de las Españas.

Y ahora, la misma gente que antes la había buscado y alabado para que los ayudara a llevar a cabo sus más oscuros deseos, le lanzaba con una furia injustificada fruta podrida y objetos de diversa índole, tildándola de “puta” y “bruja”, como si aquél fuera el peor de los pecados.
           
La subieron al patíbulo—su nívea y esbelta figura de antaño mancillada ahora por los latigazos y cardenales que las conocidas torturas de la Inquisición habían obrado sobre su cuerpo—y la ataron, como si no fuera más que un despreciable animal, a la pira en la que segundos después ardería para así purificar su alma pecadora.
           
— Arrepiéntete de tus pecados, hija mía, y el Señor en su infinita misericordia no dudará en perdonarte y en acogerte de nuevo en su seno — le ofreció el cardenal de la villa, el mismo que la noche anterior la había violado impunemente en su celda, demostrándole así el inquebrantable poder divino que él, por la gracia de Dios, ostentaba con orgullo.
           
— ¡Púdrase en el infierno, cardenal! — exclamó ella con las pocas fuerzas que le quedaban, antes de escupirle en la cara al hombre que había arruinado su vida y la de su hija para siempre.

El cardenal, furioso por semejante atentado contra su persona, no vaciló en alzar su mano, la derecha, por supuesto, dando así al verdugo la inequívoca señal de que procediera. El encapuchado, sin atreverse siquiera a mirar a los ojos de la pobre desgraciada, prendió fuego con la antorcha que portaba en su mano a los leños que habían dispuestos a los pies de la acusada.

El fuego comenzó a extenderse por la pútrida madera que rodeaba a la bruja, como si los coros de la enfebrecida plebe, que parecía pasar por alto el hecho obvio de que al día siguiente cualquiera de ellos podría verse envuelta en aquella misma situación, lo instarán a expandirse hasta arrasar con el último de los cabellos de la joven, reduciéndola a cenizas.
           
El olor a carne quemada no tardó en impregnar el aire de la plaza Mayor, haciéndolo prácticamente irrespirable. Los insultos sin sentido del populacho se mezclaban ahora con los gritos agónicos que lanzaba la muchacha, que se encontraba ya a las puertas de la muerte. Los niños asistentes a aquel espectáculo macabro y enfermizo se divertían haciendo bromas y observando como el anaranjado fuego lamía en sentido ascendente el maltrecho cuerpo de la víctima. Quiso el Señor, aquél en cuyo nombre tantos indecibles crímenes se han cometido, que la madre de uno de aquellos infelices renacuajos corriera, tan sólo un mes después, la misma suerte que aquella desdichada.

4 comentarios:

  1. O.O Athenea, me ha encantado. Tu blog me gusta mucho y llevo varios meses siguiéndolo, cada vez me gusta más, me preguntaba, si podrías subir más de la historia del león Sebastien (perdón si lo he escrito mal), porque me he leído todas tus historias y, esa, junto con la caricia de la medianoche y you're all i've ever needed son mis favoritas (aunque todas son geniales).

    En fin, sólo eso, ya que has dicho lo de los blogs, me gustaría que me dieras tu opinión de escritora, pasándote por mi blog y dándome una sincera opinión, te lo agradecería mucho.

    Un beso, sigue escribiendo así de bien.

    http://www.mycornerofthoughts.blogspot.com

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  2. G-U-A-O.
    Menudo relato nos has dejado por aquí Athenea. Simplemente es la pura verdad. La quema de brujas que nunca debería haber ocurrido. Tan solo mataban inocentes.
    Estoy todavía en proceso de releer este relato así que hasta aquí te dejo el comentario que voy a volver a leérmelo.
    Un beso, y mucha suerte con los exámenes que te quedan :)

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  3. Hola!! este relato me ha encantado!! me ha parececido genial que distase de los tipicos temas (no digo tuyos, en general de los escritores), de amor, fantasia y retrate una realidad como fue aquella :) te sigo desde hace tiempo en este y en el de FFR y sinceramente, estoy enganchada. Sige asi y no dejes de escribir!! Muchismos besos de : Alicia Ramos ^^

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  4. El fuego es purificador, pero en ocasiones purifican las almas de los ángeles arrojándolos a los infiernos señalados por LOS SEGUIDORES Y MENSAJEROS DE DIOS.


    He recordado el momento Juana de Arco, así como algunos libros de hechicería y bujería que tengo. Poseo varios tomos de libros muy antiguos y descatalogados -algunos desvencijados y sin tapa- donde se narra los métodos de tortura a los cuales se sometían a las brujas.

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