Guy de Maupassant, "Le Horle"

"¿Has pensado que sólo ves la cienmilésima parte de lo que existe? Considera, por ejemplo, el viento, que es la más grande de las fuerzas de la naturaleza. Derriba a los hombres, destruye casas, arranca los árboles de raíz, agita los mares formando olas gigantescas que azotan los acantilados y lanza los barcos contra los peñascos. El viento silba, ruge, brama, incluso mata a veces. ¿Lo has visto? Sin embargo, existe" (Guy de Maupassant, "Le Horle")

martes, 22 de noviembre de 2011

El beso de la muerte

Buenas tardes, damas y caballeros. Hoy tenemos un día lluvioso en la ciudad de Valencia, espero que vosotros también hayáis sido bendecidos con esta hermosa manifestación de la naturaleza en vuestras respectivas ciudades, pues no hay nada mejor para inspirarse que una buena tormenta otoñal. Lo que me recuerda a la gran canción de los Guns, "November Rain". Sin duda, nunca mejor dicho, jajaja. Bien, después de la catástrofe electoral que sufrimos el domingo por la noche (si hay algún lector del PP, entonces él o ella pensarán de una manera diferente a la de esta servidora), me deprimí bastante. Fue una noche en la que, como se suele decir, reí por no llorar. Anyway, soy de la opinión de que la inspiración llega con más fuerza en los momentos de bajón, de rabia... En los momentos en que tu cuerpo es un volcán en erupción, y tus crispados sentimientos son la ardiente lava que sueltas a borbotones, sin importar cuántas ciudades enteras arrastres a tu paso. Eso, unido a la lluvia (que incluso ayer caía con más fuerza que hoy), a dos canciones de Aerosmith, que como siga escuchando taaaan a menudo al final voy a aborrecer ("I don't wanna miss a thing" and "What it takes?"), y a que "Águila roja" va de capa caída y anoche estaba súper aburrida se confabularon para inspirarme. Supongo que el hecho de que recientemente haya terminado de leer el libro de "Drácula" (a fuckin' masterpiece of the English literature que todo el mundo debería leer, en vez de esa mierda llamada "Crepúsculo") también es una parte esencial, no sólo en que haya decido subir un nuevo relato, sino también que haya intentado cuidar un poco más mi manera de expresarme. Me he dado cuenta de que, al estudiar con tanto ahínco el idioma inglés (y ahora también el francés) estoy descuidando mi lengua materna, uno de los pocos tesoros que le queda a este país en vías de destrucción. Hay que cuidar nuestro idioma, y no lo digo sólo como filóloga, sino también como ciudadana preocupada por la cultura en este país. Entre Rajoy, los chonis, Belén Esteban y la música chorra (no digo que escuchéis rock, pero sí música de calidad XDD) están cargándose el país y creando una juventud ignorante, sin pensamiento crítico, sin objetivos en la vida más allá de fumarse un porro o irse de botellón... ¿Y esto a qué venía? ¡Ah, sí! Ayer por la noche escribí un nuevo relato. Espero que lo disfrutéis y que os haga olvidar un poco la mierda de sociedad en la que vivimos. No os aburro ya más con mi cháchara. Y como diría my beloved Dave Mustaine: This is it. This is the countdown to extinction. 












La helada brisa invernal me despertó aquella mañana con la suave cadencia de una caricia. Las elegantes sábanas de satén color rojo sangre estaban desperdigadas por todo el suelo de la estancia, como si alguien las hubiera arrancado con furia de la cama, dejándose llevar por un colérico arrebato. Alcé la vista, recorriendo con una rápida mirada el lúgubre dormitorio en el que me hallaba. Aparte del lecho sobre el que había reposado la noche anterior, en cuyo cabecero de madera aparecía representado un intrincado diseño, consistente en una enredadera encadenada que se extendía hasta las patas de la cama, la decoración en aquella habitación brillaba por su ausencia.
           
Había un armario, presumiblemente realizado en el mismo material que el cabecero, y un mullido sillón de cuero negro, desgastado ya por el paso del tiempo, junto a la puerta. Sobre la mesilla de noche, colocada a pocos centímetros de la cama, descansaban una pila de papeles amarillentos y carcomidos de los que yo creía tener un vago recuerdo. Un recuerdo que era incorpóreo, como la figura de un fantasma en medio de una noche de tormenta. Impreciso como un sueño, intangible como el aire…
           
El sonido acompasado y jadeante que sentí entonces sobre mi oído me hizo comprender que no me encontraba sola en la habitación. No. El cálido aliento que sentía sobre mi nuca y que hacía que el vello de aquella zona tan delicada de mi piel se erizara era demasiado real como para ser un mero producto de mi imaginación.
           
Tragué saliva, sintiendo cómo el miedo agarrotaba cada músculo de mi cuerpo. No recordaba cómo había llegado a ese lugar. Es más, no recordaba nada de la noche anterior, más allá de haber regresado tarde a casa después de mi diario paseo vespertino. Algo había sucedido en el tiempo comprendido entre sacar las llaves de casa del bolsillo de mis vaqueros y abrir la puerta con ellas. Algo, sí… Pero ¿qué?
           
Giré el rostro en su dirección muy despacio, apretando los puños con fuerza, pues éstos eran las únicas armas que tenía, en caso de que tuviera que defenderme de aquel extraño. Mas todo el miedo que había insuflado aquella enérgica determinación se desvaneció de golpe, en el preciso instante en que mis ojos se cruzaron con aquellas pupilas de profundo color zafiro. Unos ojos en cuyas profundidades refulgía la astuta sabiduría que sólo la experiencia puede otorgar. Y, sin embargo, aquel hombre no aparentaba pasar de la treintena…
           
— ¿Qui-quién es usted? — acerté a preguntar con un hilo de voz.
           
El extraño esbozó una media sonrisa, antes de extender una de sus manos hacia mi rostro, con aire vacilante. En un acto reflejo, aparté mi rostro de la trayectoria de su brazo, algo que pareció molestarle en grado sumo. Sentía su cristalina mirada posada sobre mi cuerpo, estudiando hasta mi más mínimo movimiento. En un intento por mostrarme fuerte y fingir que su escrutinio me era indiferente, clavé mis ojos en los suyos con aire desafiante. Aquel gesto me permitió observar con mayor comodidad a mi impuesto acompañante.
           
Pude apreciar que era un hombre elegante, impecablemente ataviado con un traje color gris perla y un chaleco del mismo color sobre una camisa blanca de seda. El largo cabello castaño oscuro le caía en cascada por la espalda, con la rebeldía indómita que caracteriza a los músicos de rock. Aunque sin duda, el rasgo más atrayente y sensual de su físico era la combinación fatal entre el bigote y la perilla en forma triangular, que le conferían a su rostro los rasgos de un auténtico diablo.   
           
— Mi nombre es Vladimir — respondió, en un español muy rudimentario, con marcado acento del Este.
           
— ¿Cómo me ha traído hasta aquí? ¿Qué es lo que quiere de mí?
           
A pesar de que aquel momento habría exigido una mayor agitación por mi parte, la mirada azul con la que me contemplaba aquel extraño me tenía totalmente hipnotizada. Me sentía incapaz de sentirme, siquiera, incómoda en su presencia.
           
— Necesito una compañera — replicó, como si aquello fuera lo más normal del mundo —. Llevo solo mucho tiempo…
           
Un profundo sopor comenzó a inundarme, a pesar de que la pasada noche había disfrutado de, por lo menos, ocho horas de sueño reparador. Algo en mi interior me decía que era él, el tal Vladimir, quien estaba provocando en mí aquel adormecimiento.
           
Fue inútil luchar contra él; en menos de medio minuto yacía, tendida de nuevo de espaldas sobre la cama, pero con una leve diferencia: aquel extraño de oscuros cabellos se encontraba ahora sobre mí.
           
— Te dolerá un poco al principio, pero después sólo experimentarás el más absoluto de los placeres — susurró contra mi oído.
           
Aquella afirmación provocó que, a pesar del entumecimiento en el que me hallaba, un acceso de terror sacudiera mi cuerpo. Terror que no hizo sino aumentar cuando aquel hombre separó lentamente sus labios, descubriendo así sus puntiagudos y afilados caninos, más propios de una bestia salvaje que de un hombre.
           
Ni siquiera tuve ocasión de gritar. Aquel animal apresó mis muñecas con una de sus férreas y gélidas manos, al tiempo que incrementaba la presión que estaba ejerciendo sobre mi cuerpo. Esbozando una obscena sonrisa que no era de este mundo, inclinó su rostro sobre mi cuerpo, antes de posar sus labios entreabiertos sobre mi cuello desnudo. La última visión que tuve antes de hundirme en los oscuros y movedizos parajes de la inconsciencia, fueron aquellos ojos, claros como el día, y al mismo tiempo tan misteriosos e impenetrables como las sombras de la noche. Unos ojos que brillaban, mostrando en ellos la necesidad más visceral que sólo el hambre es capaz de explicar. 
           
Un hambre, que pronto saciaría con mi propio cuerpo…    

10 comentarios:

  1. creo que es la primera vez, o la segunda, que leo algo escrito por ti, que no sea las entrevistas. Y he de decir que es magnífico. No entiendo como no he podido sacar tiempo antes para leerte, porque así da gusto. Cada párrafo y línea escribes con sentido y merece la pena pararse a "desperdiciar"(por decirlo de alguna manera) el tiempo leyéndote.
    Respecto a lo del PP, pienso como tú, y aunque no podamos cambiar mucho, creo que esto es lo que se necesita para estar en un mundo mejor. La gente que, aunque haya poca, escribe como tiene que escribir y no con H ni intercalando mayúsculas y minúsculas a cada frase que ponga, ni gitaneo ni nada por el estilo. Seguramente que las personas "normales" los que no pertenecen a esa sociedad adolescente como dices... serán los superhéroes de esto! Un besazo y espero leerte pronto.
    Nos leemos beautiful xD

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  2. El comienzo de una nueva vida para nuestra protagonista. Que coincidencia que el Vladimir tenga largos y castaños cabellos y perilla al estilo heavy ¿no?

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  3. ¡¡Atheneaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
    Estoy completamente de acuerdo con la introducción que has hecho antes del relato, (aunque supongo que ya lo sabías). :)

    Y tía, me estoy leyendo el libro de Drácula (me lo empecé hace un par de semanas o así, pero ahora está paralizado por la cantidad de trabajos que tengo). Aún así, el libro me gusta mucho y desde luego es un libro que tendría que leer todo el mundo, (¡y eso que aún no lo he terminado!). xD

    Además, hace dos días me vi la película "Drácula, de Bram Stoker" y me encantó. En serio. Me gustó mucho y lo bueno es que se ajustaba bastante bien al libro original. (O por lo menos hasta donde he leído yo).

    Y ahora el relato:
    Chulísimo, en serio. Me han gustado mucho las frases, las palabras y la escena que estabas describiendo.
    Ya puedes escribir más cosas sobre vampiros "de verdad". :)
    Besos.

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  4. Si Stoker y Bécquer leyeran esto temerían estar ante una gran competidora, pero como están muertos no hay que preocuparse, ¿mi opinión? sin palabras, sigue asi, un abrazo

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  5. En la introducción has sido muy clara (aunque debo avisarte que cada vez las "introducciones" que haces son más largas, xDD); "Drácula" es un libro impresionante.

    Respecto al relato, con mi más absoluta sinceridad, me ha gustado mucho -me ha encantado que fuera un vampiro de verdad-, aunque en el principio me ha parecido un pelín cargante. No te lo tomes a mal, pero se me ha hecho un poco denso.
    ¡Un besito!

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  6. Completamente de acuerdo con Laura. Para mi gusto ha sido un comienzo demasiado descriptivo y pesado. Me ha faltado al principio un punto que consiguiese engancharme.

    No obstante, el personaje de Volodya me encandila y hay pocos personajes que consigan hacerlo. Siempre me han gustado los vampiros con aire aristocrático del estilo de Armand y Lestat en las novelas de Anne Rice -con melenas largas y esas cosas-. Siendo sincera, disfruté muchísimo más la saga de Anne Rice que al propio Drácula. He de decir también que, debido a la fiebre Crepusculiana, este tipo de relatos ha conseguido saturarme. No te lo tomes a mal, porque tú no tienes la culpa. Has creado un relato con un desarrollo genial. Pero lo poco gusta, lo mucho cansa y lo que se ha conseguido con taaaaaaaaaaanta sobreexplotación vampírica es que a la señorita Karlie Lifante -una amante en potencia de la figura y prototipo vampírico inicial- se canse e, incluso, que abandonase la primera novela que estaba escribiendo por estar saturadísima de chupasangres.

    Para colmo de los colmos, ¿sabes qué relato ganó el primer premio del certamen de ECU de Relatos Urbanos en el que gané el segundo premio la semana pasada? "Vlad el Empalador". Lo que ya faltaba para aumentar mi saturación.

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  7. Con lo del PP no me mires, yo voté al Team Rocket así que... XDDD Estoy contigo en la introducción, menuda mierda y encima la RAE tocando las narices. La de cosas sorprendentes que se ven XDD

    Respecto al relato ha sido intenso y apasionado, como un relato de vampiros tiene que ser. A mi me encantaba Crepúsculo hasta que ley el último libro en el que no muere nadie (¡¡¡NADIEEEE!!!)¿Un libro de vampiros sin sangre y muertes? buff, yo Drácula siempre he querido leermelo al igual que Frankestein de Shelley pero aun no he tneido ocasión (la tendré, eso sí XDD). Vi la película pero las pelis no son comparables nunca.

    Vale, volvamos a tu relato, em ha gustado la puesta en escena, es genial, las sábanas, la habitación desierta, el poder del vampiro frente a ella... Buff, perfecto!! XD
    Un besazo que tengo que seguir leyendome los blogs atrasados XDd

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  8. Primero voy a comentar el texto:

    Vladimir es un nombre que me encanta, lo he usado para un par de vampiros (curiosamente xD). Amo la forma en la que relata describiendo su mirada, me pareció precisa y muy real.

    Y... señores eso es un vampiro, no las luciérnagas de mierdúsculo.

    Segundo:

    Crepúsculo no son vampiros, son hadas... bueno es el hijo bastardo de Drácula con Campanilla... el pobre bebió sangre muerta y se volvió gilipollas zumbándose al hada que se hizo de tamaño humano. Como resultado tuvo a Cullen

    Como diría Lestat

    Lestat: Yo leo mentes, mon amour (Lestat a Louis)
    Cullen: Yo leo mentes y brillo (metiéndose por medio como siempre)
    Lestat: Yo destruyo con la mirada, puedo volar, he visto el sol en el desierto del Gobi, no tengo que ir al instituto porque SORPRESA mis poderes (como el de todo vampiro real) se intensifican y me permiten adquirir cualquier conocimiento, comprender cientos de materias y disfrutar de mis noches tocándome los cojones si así quiero... además sólo iría a un instituto para ver a las animadoras, y seamos sinceros ni las de crepúsculo valen la pena. Además por cierto tengo una fuerza superior a la tuya, mayor velocidad, más atractivo y lo mejor... mi Bella no es tan putona y es más atractiva *señalando a Louise* ¿entendiste perra?

    Lestat es mucho mejor vampiro que Cullen y se basa en el clásico del romanticismo. Un hombre noble, elegante, atractivo, caminando por fiestas y eligiendo sus víctimas. Drácula estaría impresionado con la técnica de Lestat.

    Drácula lo veo algo caprichoso e infantil, aunque teniendo en cuenta como es Lestat... mejor obviemos lo dicho.

    Los clásicos, los verdaderos vampiros (ojo.. no digo que existan, todo el mundo se crea con JAJAJAJA SE CREEN QUE EXISTEEEENN... sino aquellos que podían producir miedo, asco y seducción a la vez) se ven deslucidos gracias a Meyer (plagiadora que expresa la ideología cani en su libro: préñate, no estudies y que te pague todo tu novio... ¿me entiendeeeeeeees?)

    Sobre Rajoy, no lo entiendo... ¿necesigo logopeda? ¿cómo ha podido SALIR ese inepto como presidente? ¡SI ES LA MARIONETA DE AZNAR! ¡SI ES EL DE LOS HILILLOS! de verdad... la gente anda desmemoriada.

    ¿Quieres hacer las maletas conmigo? creo que no soy el único que se quiere ir antes de ver el barco hundirse... nadie quiere ser Jack y que Rose lo tire del tablón.

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  9. Por fin alguien que dice que "Crepúsculo" es un tanto "cacolina" xDD
    No soy fan de historias de vampiros... Pero tu relato es en comparación con los vampiritos peliculeros de miedo más palpable xD

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  10. Como ves cumplo todo lo que prometo. Has visto personajes grises, no simples villanos o ángeles dulces a quienes amar. Tanto Yoshiki como Kurou han cometido sus pecados, uno frente al otro, y sin embargo se los perdonan. Kurou no es el único posesivo, Yoshiki también lo es.

    Cuando Kurou le dijo de aquel desliz, aún después de la cagada monumental de su pareja, Yoshiki se enfermó aún más al saber que había estado con alguien más.

    Kurou no ha tenido suerte en la vida, a pesar de la posición privilegiada de sus padres. Sólo los ha tenido a ellos, no a una persona que le ame ciegamente y de forma pura. El resto sólo buscaban sacar algo de él, como Isabela.

    Acabo de empezar otra novela, espero que te guste. Tenshi ha dado inicio.

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